La noticia de la partida de Luis, llegó a mí a través de condolencias, de amigos y de viejosss conocidos, compañeros de secundaria, gente que sabe de mi profundo amor y admiración por él. Estaba en la playa, lejos de las teles, de internet… cerca del mar y del viento. Más allá de todo impacto y profundísimo dolor, creo que como grupo, penamos la partida de un ser con una misión tan grande, tan prolífera, tan llena de magia de todo tipo. Penamos un referente, alguien que sabíamos que estaba ahí, en Villurca, haciendo el aguante, sacándole brillo a la búsqueda de la libertad, a los principios más puros. Más allá de la impecabilidad de su arte lo mires por donde quieras, Luis siempre fue un faro. Y esta orfandad que nos deja, creo que implica una irrevocable responsabilidad como conjunto de seres haciendo un mundo que aún tenemos en las manos.
Yo lo canto, lo sueño, lo paseo por las olas, lo llevo puesto para siempre.